Este año, Mobalpa vuelve a demostrar su talento en el arte de lo hecho a medida y la personalización colaborando con todo un icono de la elegancia francesa… Icono de la moda, estilista, embajadora de la elegancia, referente en decoración… Ines de la Fressange imagina, confecciona y da forma. Al igual que Mobalpa, presta la máxima atención a los detalles y a lo hecho a medida. Para ella es el símbolo de la calidad y la tecnicidad del saber hacer de Mobalpa.
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¡Ideal para ver y tocar los materiales, los colores y las distribuciones!
Para Ines, los equipos de Mobalpa trabajaron juntos para concebir un espacio habitable que fuera como ella quería y acorde a sus necesidades. Todo partió del sueño de hacer realidad un lugar dedicado a la evasión, al recogimiento y al disfrute de la naturaleza. Luego había que dar vida a los materiales, a la distribución, a cada rincón…
Mobalpa diseña entonces la cabaña, dictada por la imaginación de Ines.
Mobalpa diseñó un pequeño espacio de 22 m2 jugando con los volúmenes. Así conviven 3 espacios distintos en 3 niveles de suelo que compartimentan y acentúan el efecto cabaña. Los espacios están hábilmente entrelazados unos con otros y dan lugar a muchos usos distintos. La omnipresencia de la madera da calidez al conjunto y los pequeños toques de color crean un hilo conductor que va pasando de un espacio a otro. Combinando singularidad, ergonomía y elegancia, la marca europea se adaptó a los hábitos y deseos de Ines construyendo con ella esta cabaña en torno a una sensación de serenidad impalpable, pero que está ahí.
Basta con subir los pocos escalones unidos al escritorio para llegar a la zona de descanso. ¡Aquí la palabra cabaña cobra todo su sentido! Corriendo la cortina, descubrimos una pequeña habitación con una cama en el suelo y algunos nichos altos de almacenaje. El cabecero lleva integrado un proyector de vídeo: solo hay que tumbarse y disfrutar. Mullido y acogedor, este espacio invita literalmente al descanso.
Bajo el espacio de almacenaje alto, hay unos escalones que bajan hasta un pequeño vestidor donde se guardan la ropa y los accesorios, que enmarca de forma original una ventana. La luz natural penetra en esta pequeña habitación durante el día, mientras que los perfiles LED la iluminan discretamente al caer la noche. Unos arcones deslizantes grandes, un ropero, nichos con crucetas de madera, estantes… Está todo estudiado para optimizar la organización del vestidor. Por último, un bufé de estilo campestre acristalado pone de relieve los accesorios con mucho estilo.
A la derecha del vestidor, un encantador aseo con tocador, pensado especialmente bien, sirve para refrescarse. La bonita encimera a medida se adapta a los tabiques y pone en valor el lavabo sobre encimera y el elegante grifo monomando de pared. Bajo el lavabo, un nicho de madera y metal sirve para guardar las toallas. Y en el mural se pueden colgar joyas y accesorios.
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